Borjamari o reciclando lo reciclable para darle la razón a pessoa: "ser famoso es una ordinariez".

Vistas las muy inteligentes, a la par que divertidas respuestas -vía correo electrónico- de varios ofendidos por las opiniónes vertidas en este libelo panfletario, a los que cierto reciente acontecimiento parece haber desatado un repentino ataque de "pureza" bloguera o de "pelusa" ( más "pelusa que "pureza" que nos vamos conociendo...), y antes de que se pueda crear un conflicto de la envergadura pectoral de la yolita berrocal (-quita, quita, "borja mari, quita", que todos sabemos la decisiva influencia de los blogs-), borjamari quería apuntar algunas cosas más que estos amables compañeros, seguramente por el cariño que nos profesan, no se han atrevido a señalar en sus mensaje, tan abundantes por otra parte en esta últimas horas, dejando claro qué, lo que en este blog se práctica, además de todo lo que ellos tan correctamente han opinado, es:

a) Una total involución de la crítica que confunde el acoso y derribo y la puñalada trapera con las nobles herramientas que deberían permitir a un profesional abrirse camino en la frondosa jungla que conduce a la verdad.

b) Una aplicación de las modalidades más destructivas de saña cuando se coloca en el punto de mira un "sub-blog" sin padrinos ni excesivas facultades discursivas o intelectuales; es decir: golpear más fuerte al más débil.

c) Una facilidad para el peloteo falaz cuando intuye un porcentaje de poder en el blog que visite.

d) Una volubilidad del juicio, que le permite despellejar a todo aquel blog que antes ha idolatrado.

e) Una transparente intención de hacerse con el título de hombre que a todos nos encantaría odiar, ostentado en épocas más esplendorosas por el gran erich von stroheim

Por lo que pide un poco de compasión ante los errores cometidos por este , que lo es, onanista salidorro, capaz de verbalizar en época de celo, todo lo habido y por haber.

Dicho lo cual, el propio borjamari, teniendo en cuenta lo malo que es y para evitar problemas mayores, se condena a perpetuidad con trabajos forzados que refinen su espíritu, tales como la redacción de una ingente cantidad de poemas de amor pastoril que publicará por fascículos coleccionables en un blog de diseño, así como al exilio permanente en el casino de mónaco, estos días tan de moda, donde su aspecto de blasón y emblema de nuestra carpetovetónica médula, transformará el ahora mustio lugar, gracias a las visitas que consiga como provocador nato al más puro estilo "crónicas", en, por fin, destino turístico.

Y no, este post no está escrito bajo los efectos de las ampollas de concentrado de alcachofa que le mangué a rociito. simplemente ya está bien.

Casi dos años lleva borjamari en la muy reprobable tarea de opinar de los blogs ajenos sin reparar en ningún momento en las consecuencias morales de su juego, perpetrándolo con una obscena chulería y un tono que le homologa, mínimo, a ese odioso personaje que inmortalizara el genial freddie jones en la película de david lynch: el hombre elefante.

Borjamari no es más que un mirón mal educado que se ha pasado estos casi dos años buceando por un grupo heterogéneo de weblogs que en algunos casos, podían encarnar arquetipos hasta ahora inéditos en cualquier otro medio, pero que él, con sus incansables impertinencias y su escasa preparación, en lugar de abogar por una celebración de la diferencia, subraya los aspectos más pintorescos y grotescos de los mismos, transformando su bitácora en un andamio desde el que proferir groserías de nula sofisticación.

Durante este tiempo, borjamari se ha convertido en un personaje patético, un tonto útil con maneras de chulopiscinas que intenta proclamar una filosofía que le convierte en un alumno aventajado de ese pensamiento eugenésico, en su día uno de los más reprobables pilares ideológicos del pensamiento único.

A esta falta absoluta de ética hay que unir su ego de dimensiones mastodónticas, como delatan, entre otras pruebas, esa continuo empeño en el que demuestra poseer una opinión de si mismo equiparable a la suma de varios presidentes americanos juntos, más un plus de narcisismo en el que, poco menos se proclama sin rubor, inventor de un nuevo lenguaje y, si le apuran, creador y redentor de los mismísimos blogs, algo que asume con sus post de textos cenitales, presencia omnisciente y benigna flexibilidad.

A ver si el retiro en el pequeño país le sirve a este tipo para darse cuenta de que mucho más ridículos que el friquismo, son la ambición artísticamente hueca y la fatua afectación; a ver si revolcándose en ruleta se le atemperan un poco esos malos humos e invierte algo de su tiempo en recuperar un poco el sentido común.

Amen


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