Retiario: un clásico al que le sienta bien el tiempo

La primera apariencia en la disposición estructural de las entradas es de caos y anarquía: reina el desorden alfabético y temático, las agrupaciones son arbitraras, hay una clara desproporción entre unos y otros epígrafes, falta uniformidad en la redacción, el criterio en la mención de fuentes y la reproducción de citas es variable... pero se percibe una sólida unidad y disciplina de fondo, basada si se quiere en un criterio acumulativo de coleccionista, pero también en la intención y en la actitud honrada, lejos de cualquier frivolidad de publicista sin escrúpulos.

PepeCervera, pionero y durante mucho tiempo autor de la única bitácora que existía en los grandes diarios españoles online (antes de que sus figuras descubrieran lo útil que podía llegar a usar la palabra blog para darle un barniz de modernidad a sus apolilladas columnas), es escritor de pluma ágil, ligera, que se resiste a una expresión formularia en sus escritos. Pero ello no obsta para que acentúe la voluntad de precisión y más en este tipo de bitácoras donde las veleidades literarias deben apartarse para dejar paso al dato y la información documentada, característica ésta unánimemente reconocida por cuantos se han aproximado a sus escritos en cualquiera de sus etapas.

Los que ya lo seguíamos desde sus agudos textos en el retiario de elmundo (por cierto que durante estos días su jefe de antaño parece seguir el mismo camino que su aventajado discípulo) no nos extraña su peculiar capacidad de divagar literariamente acerca de cualquier materia, en un discurso entre periodístico y científico, entre culto y dicharachero, sin que ello repercuta en modo alguno en la fiabilidad de la información aportada ni en la veracidad de sus observaciones. Sin duda el paso del tiempo le está viniendo muy bien y hay que celebrar su apuesta -sin olvidar sus procedimientos literarios habituales- por el tono más técnico que imprime a sus entradas aunque alejado de la críptica y tediosa exposición propia del autor de una tesis o de un estudio científico al uso. Un estilo al que tan acostumbrados estamos en este tipo de bitácoras en el que la mayoría de las veces resulta casi imposible separar información, opinión y manipulación.

Es una pena que semejante lujo, el derroche de osadía e inteligencia que nos ofrece el autor del blog, tenga que parapetarse en algo tan sensacionalista, bochornoso y gritón como el pseudoamarillista gratuito que lo cobija. Una horterada cutre y paleta hasta en su muy recientemente estrenado diseño. Pocas veces la renovación de una web periodística ha sido tan vapuleada por los internautas. Y con razón.

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