Vida de mentira: real como la vida

Una de las mejores satisfacciones que puede proporcionar un blog es la sorpresa, tan escasa y tan difícil de conseguir. Empezar a leer una bitácora y no poder imaginar qué va a pasar ni por qué, sorprenderse en cada cambio de post, llegar al final de la página con la sensación de no haber perdido el tiempo, es algo que, tal y como está el patio, no tiene precio.

Claro que esta novedad de usar la inteligencia en los blogs implica un riesgo muy grande para el que se atreve a llevarla a cabo ya que puede provocar un rechazo en el lector que suele ser muy perezoso y no le gusta que le obliguen ni a pensar demasiado ni a participar en el juego. El autor (en genérico, que de sobra sabemos que detrás está ultrasónica -aunque sea con la influencia del cascarrabias-) de videdementira se ha atrevido a hacerlo... y el resultado es excelente. En sus post, suavemente malintencionados, se mezclan la fina ironía y la mala leche hasta formar una deliciosa e imprevisible fondue en la que cabe desde el humor más sutil hasta el más ácido y genuino esperpento ibérico.

Es probable que algunas veces se muestre errática en su discurso; es probable también que su peculiar destilación de los planteamientos sea tan formulario como las miles de bitácoras dedicadas a hacerse (o peor.. a creerse) el gracioso del barrio.. pero resulta difícil negarle un alto porcentaje de encanto a su trabajo, encanto que le sirve, sin duda, para destacar muy por encima de las demás y que le ha valido para conseguir un buen número de fieles seguidores (de los que, por cierto, pretende aprovecharse cierta editorial que está a punto de sacar un libro recopilando post ajenos, entre ellos alguno de videdementira, bajo el título, según nos cuentan, de "ablogpongoportestigo" , un simple corta/copia autorizado en el que algunos bitacoreros han acabado vendiendo su talento por un simple puñado de ego).

Pero ése es otro tema y no se trata de desviar la atención. Vidadementira es un blog recomendable; si el lector acepta el reto de su juego seguro que se divertirá mucho y al final acabará reconociendo que lo normal, si se sabe contar medianamente bien, no tiene que ser aburrido. Si el lector, al contrario, se queda fuera y no consigue participar del juego, cosa comprensible -hablamos de lectores de blogs-, habrá perdido la oportunidad de descubrir que una bitácora es algo más que un simple soporte para contar historias.

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