La flor de la canalla: insustancialidad.

Confieso que este blog se me hubiera pasado por alto enfrascado, como estoy enfrascado, en mandarle tartas de natanylon con un dibujo de su cara -casquete capilar incluido- a mi querido escolar -junior- para ver si así se le reblandecen las meninges y me admite de becario en su zp-ublico.

Comprendedlo, como no tengo a nadie que me dé el empujón y confíe en mis posibilidades, tengo que optar por sacarle partido a mis habilidades más íntimas. Es lo que tenemos los amorales. Un flamante (por ahora sólo presunto) new-director de un (por ahora sólo presunto) periódico deacincuentacéntimostodoparaelkioskeromiraquebien te concede la gracia altruista de bajar unos peldaños a compartir contigo un tiempo que mejor estaría dedicando a otras cosas, y sabe que tiene felpudo mediático para toda la vida. Nacho, rey, sé que te lo estás pensando. Haces bien, pero no olvides lo que te dije el otro día cuando nos cruzamos: lacalle anda detrás de roures para que le compre a él el boli de seis colores antes que a ti, y eso no lo puedes consentir. Necesitas tu un contrapunto. O sea, yo, con una mente para los negocios y un cuerpo para el pecado.

Sigamos, que me disperso. Decía que ni me hubiera fijado en algo tan insulso como la flor de la canalla de no haber sido por el nombre de su autor. ¡Pero si es famoso y hasta sale en la tele! Como escarpias se me pusieron los pelos de brazos y piernas. Qué queréis que os diga, un famoso siempre es un famoso y de todos es sabido las consecuencias del ponga usted un famoso en su blog. Y si sale en la tele más. Que se lo pregunten a los ideólogos de los anuncios de contactos.

Además, en este caso no me negareis que el personaje en cuestión no tiene algún valor añadido. Un tipo simpático que, desde sus orígenes de pulcro seminarista preconciliar redactando las noticias en un periódico valenciano de gente bien (como era las provincias), ha ido reformulando su papel -de centro de mesa a florero- en una sucesión puntuada por pintorescas mutaciones que le han hecho saltar de despistado lector de auto-cue en informativos de madrugada, a sentarse a la mismísima diestra de la comunicadora más quintaesencial del panorama catódico, integrándose perfectamente en el inodoro, incoloro e insípido vociferio habitual de tan peculiar circo matutino como co-cotilla de cabecera (algo que, por cierto, él mismo prometió en su día que jamás haría -hemerotecas dixit-) y hasta sustituyendo (con más pena que gloria según las audiencias) a nuestra ophra más cañí.

Vale, seguro que no me hubiera fijado de no ser quien es. Pero... tampoco me hubiera perdido nada. Después de leer algunas de sus entradas el bostezo ha sido el único gesto capaz de evitar que acabara practicando la siesta del burro, (una costumbre que tenía olvidada desde la facultad). Posts inconsistentes, chistes gastados, tópicos con un pretendido doble sentido.. todo encaminado a contarnos (¿o es a convencernos?) de su esencia de españolito medio (campechano, buena persona , algo cotilla pero con un corazón de oro), que podía asumir los perfiles del yerno ideal (ahora ya puede serlo con todas las de la ley ¿no?), el hijo que a toda madre henchiría de satisfacción, el cuñado graciosete que te da la boda percutiendo simpáticamente su cuchillo contra la copa porque es un cachondo o, en casos extremos (muy extremos) la fantasía sexual posibilista de las largas y solitarias tardes de domingo.

Como si nos importara.

Pues sí, borjamari, listo, por raro que te parezca hay a quien le importa lo que este señor quiera contar de lo que este señor hace -o se inventa que hace- con cada minuto de su vida (luego dirán que los milagros no existen). Y por eso, listo, más que listo, por eso tiene su séquito de palmeros, fieles lectores interesados en saber lo que come, lo que lee, lo que suda, lo que pesa, la gente tan guay con la que anda o hasta la sensación que experimentó aquella tarde de septiembre cuando se cortaba la uña del dedo gordo del pie derecho y vio reflejada la cara de la virgen en uno de sus padrastros. Un interés que !por supuesto! nada tiene que ver con ser vos quien sois .. Sólo hace falta leer el blog -antes de saber quien lo está firmando- para darse cuenta de sus extra-ordinarias cualidades.

De todas formas están en su derecho. ¡Para eso sale en la tele! Aunque, celebridades aparte, la flor de la canalla no deje de ser un bridgetjones cualquiera tuneado de sosez y bastante más empalagoso que la mayoría de su estilo. Y hay unos cuantos.

Por más que se empeñen, leer cómo se divierten otros -aunque salgan en la tele- suele ser un espectáculo especialmente cansino, sobre todo si lo que le ocurre al protagonista no resulta trascendente ni para él. Y, en este caso, además, resulta soberanamente aburrido.

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